INNOVACION
Innovación
¿Qué es lo deseable para el usuario?, ¿qué es lo viable para el mercado?, ¿qué es lo posible con la tecnología? Estas preguntas se pueden hacer y responder con el termino de innovación (véase figura I.2). A grandes rasgos, la innovación se le puede considerar como el arte de inventar el futuro.
Raramente sucede que una idea "en bruto" se convierta en un producto/servicio/proceso innovador con sentido de negocio. Frecuentemente, lo que sucede es que a una persona se le ocurre una idea y al compartirla con más gente, esa idea se va puliendo hasta convertirse en un concepto innovador con un potencial de retorno de inversión alto.
Esto sucede porque las ideas en "bruto" deben ser desarrolladas, analizadas y probadas antes de poder convertirse en conceptos innovadores de alta calidad y con un claro retorno en la inversión. Innovar es difícil, pero gestionar la innovación dentro de la empresa es un reto aún mayor.
La creación de ideas es más efectiva cuando la gente colabora entre sí para desarrollar un concepto. La fuente original de la idea es el individuo, pero es en su desarrollo, perfeccionamiento y posterior implementación que es necesario colaborar.
Uno de los aspectos que parece importante tener en cuenta a la hora de colaborar para innovar es mezclar las personalidades de los participantes, ya que hay gente que tiene más talento creativo que le puede servir para crear una idea, gente que tiene más capacidad para pulir esa idea original y gente que es excelente en su posterior implementación. Por este motivo, es importante que en el proceso de innovación de una empresa se incluyan herramientas para que la gente colabore entre sí.
A partir de las ideas y en conjunto con el trabajo creativo e innovador es como se puede lograr a travesar la barrera del mercado hacia el camino del emprendedor tecnológico (véase figura I.3.)
¿Cuál es la diferencia entre un perfil innovador y un perfil creativo? En general, se tiende a pensar que son iguales, sin embargo, no lo son.
La primera diferencia es cuantitativa: hay mucha más gente creativa que innovadora. Simplemente, podemos contabilizar la cantidad de artistas de todo tipo que existen. Son muchos, sin embargo, pocos los que tienen éxito y en esto yace la segunda, y más importante, diferencia. El perfil creativo es aquel que produce ideas nuevas frecuentemente.
Es más, la gente más creativa está permanentemente pensando en ideas nuevas. Y sus ideas pueden ser muy buenas. Sin embargo les falta algo, un componente imprescindible para el éxito: su capacidad de implementación.
El creativo piensa, crea, produce ideas pero éstas no están atadas a resultados. Un creativo jamás piensa en términos de retorno de inversión. Un creativo imagina, crea y juega con ideas pero su capacidad de implementación es muy limitada, justamente porque en su desarrollo cerebral el lado derecho del cerebro es el que actúa permanentemente, sin dar paso al lado izquierdo, responsable del pensamiento lógico y la consecución de resultados.
Sin embargo, el perfil innovador es aquel que trabaja simultáneamente con ambos hemisferios del cerebro. Este es un perfil escaso, y de allí que las empresas hagan tantos esfuerzos por conseguir este tipo de perfil. El innovador es aquel quien, utilizando el lado derecho del cerebro es capaz de crear una nueva solución o un nuevo producto, e inmediatamente pone su lado izquierdo del cerebro en funcionamiento para que esa idea se implemente de forma que produzca resultados. Por lo tanto, podríamos decir que el perfil innovador es un creativo con los pies en el suelo, que piensa en términos de problema-solución-resultados.
Una fórmula que resulta muy efectiva para las empresas cuando carecen de perfiles innovadores, es mezclar creativos con personas más racionales y lógicas, para lograr un equilibrio entre la producción de nuevas ideas y su conversión a soluciones que resulten en beneficios para la empresa. Sin embargo, frecuentemente encontramos en las empresas que en las reuniones de estrategia o planificación de objetivos, los creativos no aparecen.
Quizá ni existan, o peor aún, estén tan frustrados con su trabajo que se haya literalmente, desconectados. Como resultante, nos encontramos con empresas que año tras año tienen un nuevo desafío de resultados y una misma estrategia de negocio, lo que en definitiva termina en una producción de resultados menores a los que se presupuestaron. Es así que los nuevos individuos tendrán que contar con estas formas de pensamiento de vanguardia para que puedan reconvertir las prácticas tecnológicas y de negocios.
La innovación, según la perspectiva que se quiere integrar a los individuos consta de tres fases: la disposición, la creación y la implementación. A su vez, cada fase está integrada por una serie de factores. La primera fase la componen factores como: la inquietud, la inconformidad o la incomodidad. Estos tres factores, son en realidad tres emociones. Cuando uno siente la inquietud de mejorar, la inquietud de que hay algo más que se puede hacer y que no se está haciendo, el inconformismo con una situación dada o la incomodidad de tener que hacer algo que no sabemos cómo hacerlo, nuestro cerebro comienza a imaginar soluciones, a jugar con ideas nuevas, a pensar de una manera diferente.
Para innovar es necesario pasar por esta primera fase, entendiendo que las emociones opuestas –comodidad, conformismo o tranquilidad – son las mayores enemigas de la innovación. Cuando una persona posee una experiencia de cierta cantidad de años en un sector, tiende a pensar de manera estructurada en las soluciones a los problemas que se le puedan presentar. Su imaginación no se pone en marcha porque posee las soluciones, pero éstas son las ya conocidas, las ya experimentadas y las no innovadoras.
La ignorancia es justamente la ausencia de conocimiento. Cuando encontramos nuestro punto de ignorancia, es como descubrir oro en nuestro cerebro. ¡No sabemos, no entendemos! Y resulta que el pensamiento racional, linear y verbal se halla en el lado izquierdo del cerebro, aquel que desde que comenzamos nuestra educación formal a los seis años, tiene mayor preponderancia.
Pero cuando encontramos una laguna de conocimiento, un punto de ignorancia, nuestro tan utilizado lado izquierdo se frustra, no encuentra soluciones, se atasca y en su salvación interviene el lado derecho, el ángel de la creatividad.
El lado derecho del cerebro es donde reside nuestra capacidad de interpretación, de abstracción y de pensamiento creativo. Por ello, la ignorancia puede resultar una gran habilidad para la innovación y el conocimiento profundo de un área, un obstáculo.
El desconocimiento de un tema genera la necesidad de entenderlo para así superar las barreras. Y es el lado derecho del cerebro el que comienza a funcionar buscando nuevos horizontes.
Las personas con perfil innovador tienen una característica en común: su inquietud. La inquietud genera la necesidad de investigar, de adentrarse en mundos desconocidos, de absorber nuevas experiencias. Un perfil innovador busca el cambio y desafía lo establecido. Es este tipo de personas que generalmente poseen una gran cantidad y variedad de experiencias y no se adaptan a la rutina, pero como el conocimiento es ilimitado y ansían las nuevas experiencias serán quienes puedan tener una mirada fresca, diferente, ignorante, atrevida y experimentada a la vez ante una nueva situación. La variedad de experiencias que han vivido son las que les permiten conectar un concepto con otro, llegando a soluciones y productos realmente innovadores.
¿Qué es lo deseable para el usuario?, ¿qué es lo viable para el mercado?, ¿qué es lo posible con la tecnología? Estas preguntas se pueden hacer y responder con el termino de innovación (véase figura I.2). A grandes rasgos, la innovación se le puede considerar como el arte de inventar el futuro.
Raramente sucede que una idea "en bruto" se convierta en un producto/servicio/proceso innovador con sentido de negocio. Frecuentemente, lo que sucede es que a una persona se le ocurre una idea y al compartirla con más gente, esa idea se va puliendo hasta convertirse en un concepto innovador con un potencial de retorno de inversión alto.
Esto sucede porque las ideas en "bruto" deben ser desarrolladas, analizadas y probadas antes de poder convertirse en conceptos innovadores de alta calidad y con un claro retorno en la inversión. Innovar es difícil, pero gestionar la innovación dentro de la empresa es un reto aún mayor.
La creación de ideas es más efectiva cuando la gente colabora entre sí para desarrollar un concepto. La fuente original de la idea es el individuo, pero es en su desarrollo, perfeccionamiento y posterior implementación que es necesario colaborar.
Uno de los aspectos que parece importante tener en cuenta a la hora de colaborar para innovar es mezclar las personalidades de los participantes, ya que hay gente que tiene más talento creativo que le puede servir para crear una idea, gente que tiene más capacidad para pulir esa idea original y gente que es excelente en su posterior implementación. Por este motivo, es importante que en el proceso de innovación de una empresa se incluyan herramientas para que la gente colabore entre sí.
A partir de las ideas y en conjunto con el trabajo creativo e innovador es como se puede lograr a travesar la barrera del mercado hacia el camino del emprendedor tecnológico (véase figura I.3.)
¿Cuál es la diferencia entre un perfil innovador y un perfil creativo? En general, se tiende a pensar que son iguales, sin embargo, no lo son.
La primera diferencia es cuantitativa: hay mucha más gente creativa que innovadora. Simplemente, podemos contabilizar la cantidad de artistas de todo tipo que existen. Son muchos, sin embargo, pocos los que tienen éxito y en esto yace la segunda, y más importante, diferencia. El perfil creativo es aquel que produce ideas nuevas frecuentemente.
Es más, la gente más creativa está permanentemente pensando en ideas nuevas. Y sus ideas pueden ser muy buenas. Sin embargo les falta algo, un componente imprescindible para el éxito: su capacidad de implementación.
El creativo piensa, crea, produce ideas pero éstas no están atadas a resultados. Un creativo jamás piensa en términos de retorno de inversión. Un creativo imagina, crea y juega con ideas pero su capacidad de implementación es muy limitada, justamente porque en su desarrollo cerebral el lado derecho del cerebro es el que actúa permanentemente, sin dar paso al lado izquierdo, responsable del pensamiento lógico y la consecución de resultados.
Sin embargo, el perfil innovador es aquel que trabaja simultáneamente con ambos hemisferios del cerebro. Este es un perfil escaso, y de allí que las empresas hagan tantos esfuerzos por conseguir este tipo de perfil. El innovador es aquel quien, utilizando el lado derecho del cerebro es capaz de crear una nueva solución o un nuevo producto, e inmediatamente pone su lado izquierdo del cerebro en funcionamiento para que esa idea se implemente de forma que produzca resultados. Por lo tanto, podríamos decir que el perfil innovador es un creativo con los pies en el suelo, que piensa en términos de problema-solución-resultados.
Una fórmula que resulta muy efectiva para las empresas cuando carecen de perfiles innovadores, es mezclar creativos con personas más racionales y lógicas, para lograr un equilibrio entre la producción de nuevas ideas y su conversión a soluciones que resulten en beneficios para la empresa. Sin embargo, frecuentemente encontramos en las empresas que en las reuniones de estrategia o planificación de objetivos, los creativos no aparecen.
Quizá ni existan, o peor aún, estén tan frustrados con su trabajo que se haya literalmente, desconectados. Como resultante, nos encontramos con empresas que año tras año tienen un nuevo desafío de resultados y una misma estrategia de negocio, lo que en definitiva termina en una producción de resultados menores a los que se presupuestaron. Es así que los nuevos individuos tendrán que contar con estas formas de pensamiento de vanguardia para que puedan reconvertir las prácticas tecnológicas y de negocios.
La innovación, según la perspectiva que se quiere integrar a los individuos consta de tres fases: la disposición, la creación y la implementación. A su vez, cada fase está integrada por una serie de factores. La primera fase la componen factores como: la inquietud, la inconformidad o la incomodidad. Estos tres factores, son en realidad tres emociones. Cuando uno siente la inquietud de mejorar, la inquietud de que hay algo más que se puede hacer y que no se está haciendo, el inconformismo con una situación dada o la incomodidad de tener que hacer algo que no sabemos cómo hacerlo, nuestro cerebro comienza a imaginar soluciones, a jugar con ideas nuevas, a pensar de una manera diferente.
Para innovar es necesario pasar por esta primera fase, entendiendo que las emociones opuestas –comodidad, conformismo o tranquilidad – son las mayores enemigas de la innovación. Cuando una persona posee una experiencia de cierta cantidad de años en un sector, tiende a pensar de manera estructurada en las soluciones a los problemas que se le puedan presentar. Su imaginación no se pone en marcha porque posee las soluciones, pero éstas son las ya conocidas, las ya experimentadas y las no innovadoras.
La ignorancia es justamente la ausencia de conocimiento. Cuando encontramos nuestro punto de ignorancia, es como descubrir oro en nuestro cerebro. ¡No sabemos, no entendemos! Y resulta que el pensamiento racional, linear y verbal se halla en el lado izquierdo del cerebro, aquel que desde que comenzamos nuestra educación formal a los seis años, tiene mayor preponderancia.
Pero cuando encontramos una laguna de conocimiento, un punto de ignorancia, nuestro tan utilizado lado izquierdo se frustra, no encuentra soluciones, se atasca y en su salvación interviene el lado derecho, el ángel de la creatividad.
El lado derecho del cerebro es donde reside nuestra capacidad de interpretación, de abstracción y de pensamiento creativo. Por ello, la ignorancia puede resultar una gran habilidad para la innovación y el conocimiento profundo de un área, un obstáculo.
El desconocimiento de un tema genera la necesidad de entenderlo para así superar las barreras. Y es el lado derecho del cerebro el que comienza a funcionar buscando nuevos horizontes.
Las personas con perfil innovador tienen una característica en común: su inquietud. La inquietud genera la necesidad de investigar, de adentrarse en mundos desconocidos, de absorber nuevas experiencias. Un perfil innovador busca el cambio y desafía lo establecido. Es este tipo de personas que generalmente poseen una gran cantidad y variedad de experiencias y no se adaptan a la rutina, pero como el conocimiento es ilimitado y ansían las nuevas experiencias serán quienes puedan tener una mirada fresca, diferente, ignorante, atrevida y experimentada a la vez ante una nueva situación. La variedad de experiencias que han vivido son las que les permiten conectar un concepto con otro, llegando a soluciones y productos realmente innovadores.
1418-1438_-_el_innovador_como_agente_de_cambio.pdf | |
File Size: | 1026 kb |
File Type: |
El Desafio de la Política Educativa en México – LA INNOVACIÓN
Ibave, González, José Luis;
desafio_pol_educ_mexico_innov_jli.pdf | |
File Size: | 2499 kb |
File Type: |
méxico_hacia_una_politica_de_innovacion.pdf | |
File Size: | 371 kb |
File Type: |